Si se trata de aprovechar los feriados para recorrer los circuitos vecinos a Puerto Inka, lo mejor es salir muy temprano de Lima y no detenerse hasta la ciudad de Ica, ubicada justo a mitad de camino (kilómetro 300).
Luego de reponer fuerzas con un buen almuerzo y de llenar el tanque, la ruta sigue por un paisaje desértico que pasa por Ocucaje, Palpa y Nasca, que parecen oasis en medio de la inmensidad desértica.
En Nasca también se recomienda llenar el tanque pues nos esperan poco más de 140 kilómetros sin grifos ni servicios hasta Puerto Inka.
La ruta pasa por el desierto hasta Yauca (la capital peruana de las aceitunas) y llega hasta un contrafuerte andino que desemboca en el mar, provocando un sistema de bosques de neblinas repleto de restos arqueológicos y vestigios de un antiguo camino inca que, según la tradición local, permitía llevar pescado fresco hasta el Cusco.
En Puerto Inka se puede pernoctar en sus cómodas habitaciones y búngalos. También hay sitio para armar un campamento o para estacionar "casas rodantes".
Su restaurante es excepcional pero nada como cocinar tu propio pescado capturado a poco metros de tu carpa o de tu habitación.
Los servicios incluyen recorridos hasta "la Catedral" (una formación rocosa similar a la que desapareció en Paracas) o ver la salida de pingüinos de sus cavernas luchando contra las olas y mareas del amanecer. O conocer los bosques de neblina.
También hay rutas para transitar los caminos incas o el vecino yacimiento arqueológico. Pero todo frente al mar, con buenos servicios y la garantía de una viaje inolvidable con toda la familia.
Cómo llegar
Transporte: Los buses que van hasta Arequipa se detienen en Chala, a solo diez kilómetros de Puerto Inka. Ojo con la seguridad en Chala, amenazada por la minería informal.
Reservas: Ver página http://www.puertoinka.com.pe
Recomendaciones: Llevar ropa de baño, zapatillas para caminatas, bloqueador, sombreros y otros implementos de playa. En el camino, detenerse en Yauca para adquirir sus deliciosas aceitunas y aceite de oliva.
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